La humanización del diseño
Construir espacios atractivos, que no pierdan de vista su función y donde el confort se conjugue con el diseño, es el objetivo de arquitectos, interioristas y empresas especializadas del sector. Entornos versátiles, donde las fronteras entre usos, materiales y mobiliario se diluyen y que, por encima de todo, buscan el bienestar de sus habitantes. En casa, en el trabajo, en un hotel o en un centro de ocio, las experiencias han abandonado su papel residual y a veces inexistente, para erigirse ahora como protagonistas.
Si como han demostrado estudios recientes el espacio que habitamos tiene influencia directa sobre nuestro estado anímico y nuestra salud, es fundamental crear entornos amables y saludables, que apetezca habitar. Lugares atractivos y confortables que, mucho más allá de los espacios públicos y de trabajo, empiezan por nuestro propio hogar. Este espacio materializa los gustos y deseos más profundos de sus ocupantes, y como ellos, no para de evolucionar.
Sobre todo esto reflexiona cada año Casa Decor, que desde 1992 acerca al público las últimas tendencias de interiorismo, diseño y decoración. La 54º edición de esta muestra ha ocupado un edificio histórico y singular del centro de Madrid, ubicado en el encuentro de las calles Núñez de Balboa con Juan Bravo y construido en la década de 1930 bajo los preceptos estéticos del racionalismo. En total, 2.250 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, la última de ellas con terrazas y vistas sobre la ciudad, donde se han vuelto a reunir los mejores decoradores, interioristas, arquitectos, diseñadores, paisajistas y artistas del panorama nacional.
El papel de la naturaleza y su relación con el ser humano a través de aspectos como la luz, el agua, los aromas, la flora y la fauna; la artesanía y la industria, o los últimos avances tecnológicos, definen los nuevos espacios contemporáneos. Entornos que miran hacia el futuro sin olvidar su pasado, en un viaje que en parte recupera mucho de lo que ya se hablaba el Renacimiento. Y es que, frente a la ‘robotización’ que muchos anticipaban, la arquitectura y el interiorismo apuestan por un cada vez mayor ‘humanismo’, a través de atmósferas cálidas y acogedoras, donde el funcionalismo trasciende su carácter puramente técnico.
Los tonos cálidos y dorados, el eterno binomio del blanco y el negro, y los elementos déco se combinan en esta edición con una paleta cromática dominada por el azul y el verde, sólo rota por colores saturados y tonos pastel. Pinturas de última generación de Valentine, que incorporan propiedades saludables tanto para personas como para el medioambiente. Todo ello, sumergido en un juego de geometrías imposibles y formas curvas, donde destacan materiales como la piedra, la madera o el mármol. A través de superficies mullidas y rígidas, arquitectos, diseñadores e interioristas han construido entornos estéticos, acogedores y funcionales. Esta combinación de confort y funcionalidad otorga a los sentidos un gran protagonismo sin descuidar el diseño. Y es que no sólo lo que se ve, sino también lo que se siente, crea espacio.
Entendiendo el diseño y el confort como dos conceptos esenciales e inseparables, los alumnos de Interiores de la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología, ESNE, han creado el espacio presentado por Saint-Gobain España para Casa Decor. El bautizado como El Jardín Secreto materializa la filosofía de trabajo de una compañía que apuesta por “crear espacios confortables para vivir y mejorar el día a día, con materiales y soluciones innovadoras y energéticamente eficientes”.
Convertido en un lugar de relax y desconexión, El Jardín Secreto demuestra cómo la temperatura idónea, la ausencia de ruidos molestos, una buena iluminación y el uso de los colores adecuados, son aspectos imprescindibles en cualquier hogar. Los estudiantes de ESNE han utilizado elementos como el asiento curvo o el techo ondulado, ambos construidos con Placo; el techo acústico Ecophon, que mejora la acústica; o la lana de vidrio de Isover, para garantizar la calidez. Sobre un pavimento continuo de Weber y entre vidrios que juegan con la reflexión y la transparencia, Noom y Bend de Actiu ofrecen al visitante una parada en su recorrido. Ambos visten de forma personalizada un lugar de encuentro y socialización que podríamos encontrar tanto en un entorno de ocio o un espacio de trabajo, como en nuestra propia casa. Estos dos programas de softseating están inspirados en sus usuarios, donde conviven funcionalidad, confort y diseño.