En menos de un año, la inversión en el bienestar de los empleados empieza a dar beneficios
Las cifras son claras y la tendencia del mercado así lo avala. Alrededor del 92% de los costes de una empresa se derivan de los empleados, por lo que la implementación de estrategias de bienestar genera un gran impacto en la productividad de los ocupantes del edificio, asegurando un retorno de inversión en el más grande e importante activo de la compañía, las personas.
La sede de Microsoft en Madrid ha sido el lugar elegido para la celebración del foro debate sobre la Calidad en Entornos de Trabajo “WELLBEING”, organizado por IFMA y al que han acudido Santiago Erice, de Philips, Gonzalo Rellán, de Eurest, Paulino Pastor de Ambisalud, Soledat Berbegal de Actiu, José Luis Casero de ARHOE y Luis Cabrera de CBRE, para analizar y presentar buenas prácticas, que contribuyan a construir ambientes de trabajo más saludables, accesibles y funcionales que faciliten la colaboración, la comunicación y la productividad.
Foto: Microsoft
El cambio es permanente, las grandes compañías como el caso de Microsoft, IBM o Phillips, entre muchas otras, lo tienen claro y ya están trabajando en el desarrollo de programas, proyectos y políticas que incentiven la inclusión y aumenten el desempeño de las personas. En este sentido, Fernando Carneros, director de medios de Microsoft, al realizar la presentación del evento ha resaltado “la importancia de diseñar espacios atractivos, capaces de atraer el talento, de motivar a sus usuarios”. Unos espacios cuyo desarrollo va un paso más allá y busca integrar, además, la salud mental y física de sus usuarios a través del mobiliario, la luz, la calidad del aire, e incluso la alimentación o el ejercicio.
La certificación WELL analiza todas las variables que afectan directamente al bienestar físico, psicológico y sensorial de las personas en el interior de su lugar de trabajo y certifica si la empresa presta los medios suficientes para ello. En España hay 6 proyectos WELL inscritos: CBR Madrid (ya certificado), CBR Barcelona, Actiu más otros tres que, de momento son confidenciales. En Europa son 50 los proyectos certificados WELL y 250 en todo el mundo.
“En estos momentos hay un gran reto para intentar educar al mercado”, señala José Luis Casero, representante de asociación ARHOE (para la racionalización de los horarios de trabajo) “la multinacional es la que está tirando del carro, aunque el 95% de las empresas españolas son pymes”. La mediana empresa todavía no está ahí porque piensa en el elevado gasto que supone en lugar de verlo como una inversión. Desde las empresas reclaman además un apoyo institucional a través de incentivos oficiales, normativas favorables a la implantación de estas medidas como, por ejemplo, deducciones fiscales.
Para Actiu, según explica su portavoz Soledat Berbegal, “lo más importante de este proceso ya no es tanto tener o no la certificación, sino desarrollar de forma activa todas las políticas de bienestar que promueve WELL dentro de la empresa. Para nosotros el mobiliario que fabricamos, bajo parámetros de sostenibilidad y ergonomía, representa una herramienta clave a la hora de aportar salud y bienestar a sus usuarios, y así se lo transmitimos a nuestros clientes. De hecho, y para poder explicar estas mejoras con conocimiento de causa, estamos realizando el proceso de implantación de WELL en Actiu, para vivirlo y experimentar sus beneficios”.
El presidente de IFMA, Francisco García Ahumada, formuló una de las cuestiones principales a la hora de decidir la implantación o no del bienestar en la empresa. Según García Ahumada “no es tan importante el que sea rentable o no, sino que la pregunta sería, ¿nos podemos permitir que la gente se nos vaya? Porque eso es talento. ¿Qué pasa si no lo hacemos? Problemas de salud, motivación, nos quedamos sin trabajadores”.
Según Luis Cabrera, de CBRE, consultora internacional especializada en la implantación de WELL, “el retorno de la inversión se ve en menos de un año. Según nuestra experiencia, el 80% de los empleados ahora se siente más productivo, no tienen puestos fijos, cada uno trabaja desde donde se siente mejor, el 90% de los encuestados no volvería a la distribución antigua de la oficina, y opinan que WELL ha ejercido un efecto positivo sobre ellos. El 86% de las empresas dice que el nuevo espacio le ayuda a concentrarse, el 87% que el entorno le ayuda a generar negocio por la disposición”.
Oficina CBRE en Madrid, planta 8. Foto: CBRE
Entre los ejemplos prácticos puestos sobre la mesa, Santiago Erice, de Philips explicó cómo la luz influye en el estado anímico y cómo se ha demostrado que los tonos azulados son más convenientes por la mañana, mientras que los anaranjados nos hacen ser más productivos por la tarde. Además, ya hay pruebas de que una luz adecuada y de calidad en entornos hospitalarios, ayuda a una mejor y más rápida recuperación de los enfermos.