El cambio a las nuevas oficinas, con una superficie total de 800 m², ha buscado dar una nueva imagen a la compañía. Una imagen transparente, luminosa y actual muy diferente a las instalaciones de las que disponían hasta la fecha. Las antiguas oficinas estaban muy compartimentadas, con poca luz exterior y poca funcionalidad. El reto de este proyecto ha sido facilitar la transición de los empleados, acostumbrados a trabajar en cubículos privados, a hacerlo en unas oficinas abiertas, con espacios de trabajo compartidos y salas de reuniones flexibles y polivalentes. La firma ha tenido claro desde el principio que deseaba contar con un equipamiento de calidad, con altas prestaciones, dinámico y funcional con el que pudiera realizar un aprovechamiento del espacio óptimo.