Las claves para el diseño en los nuevos espacios de trabajo

Todos los datos apuntan a que tanto el presente como el futuro del diseño de los espacios de trabajo implican colaboración. En comunidad se es más fuerte que trabajando solo. El compromisono es sinónimo de largas jornadas de trabajo o calentar la silla, los mejores resultados se obtienen en entornos de confianza. Adiós a los egos, a los puestos de trabajo fijos. Hola a compartir conocimiento, introducir tecnología, teletrabajo, a combinar generaciones con visiones diferentes, a ser conscientes de la importancia de la sostenibilidad y el bienestar.

La proliferación de espacios de coworking en los últimos años ha contribuido a consolidar estas premisasSegún las previsiones de la empresa dedicada al estudio de tendencias tecnológicas Emergent Research, se espera llegar a los 12.000 espacios coworking en todo el mundo para este 2018. Este tipo de entornos sirve de referencia para las grandes compañías que llevan a cabo nuevas estrategias de diseño para sus espacios de trabajo y se contagian de los beneficios de la flexibilidad y la interacción.

Knowhere by Wanna OneKnowhere by Wanna One

Uno de los conceptos asociados al coworking que se trasladan a la empresa es el de la flexibilidad. Muchos profesionales reivindican su derecho a trabajar en los horarios en los que pueden aprovechar al máximo su productividad creativa o su rendimiento. Según un estudio de Fast Companysolo el 30% de los cotrabajadores prefiere trabajar en horario de oficina. Mark Dixon, director general de Regus, sostiene: “El futuro del trabajo no debería estar definido por el espacio o el lugar, sino por el individuo y las tareas que tiene que desempeñar”. La flexibilidad también se ha de aplicar al espacio, diseñando entornos con posibilidades de poner en práctica variedad de dinámicas en función de las necesidades concretas que surgen de cada proyecto.

Las formas de trabajo de inventores, músicos, científicos y muchos otros creativos de la historia demuestran que los espacios físicos tienen la capacidad de estimular la creación. Todo lo que nos rodea influye sobre nuestra percepción del momento, determina nuestra capacidad de concentración y condiciona nuestro estado de ánimo. Y las empresas están tomando nota.

La ocasión para compartir conocimiento en relación a esta necesidad de diseñar entornos que generen un clima de confianza, potencien el trabajo colaborativo y favorezcan un ambiente distendido dentro de las compañías, se ha dado en Workplace Strategy Barcelona, organizado por Grupo Vía y celebrado en el showroom de Actiu en Barcelona, el foro donde expertos de diferentes perfiles profesionales tratan el tema desde diversos enfoques.

Beatriz De Latorre, directora de Workplace y Diseño de Savills – Aguirre Newman, comenta en este marco que son actualmente las personas las que se colocan en el centro a la hora de diseñar oficinas. De Latorre propone trabajar con herramientas como entrevistas one to oneworkshops, encuestas y análisis de frecuencia de uso de los espacios antes de la toma de decisiones.

El director de Zig Zag Soluciones Creativas, Adolfo Vicente, habla de la necesidad de mostrarse ágil ante los cambios y que, para fomentar la productividad, se plantean espacios más abiertos, flexibles y dinámicos. Según su experiencia, esto se manifiesta en la creación de nuevas zonas dentro de las oficinas: Brainstorming Areas para favorecer el intercambio, Thinking Rooms para la concentración, Stand-Up Meeting Points (con mesas altas) en las que las reuniones son más dinámicas, rápidas y participativas, Open Spaces con elementos acústicos fonoabsorbentes o Gaming Rooms para favorecer la relajación, entre otros.

Desde Alting Grupo Inmobiliario, Jerónimo Martín señala la exigencia de concebir los espacios con la finalidad de albergar diferentes necesidades a lo largo del tiempo y de considerarlos una herramienta de atracción y retención del talento en sí mismos. En esta línea, Mapi Martínez de Areazero 2.0 explica el proceso de diseño de las nuevas oficinas para Titan, que han pasado de un espacio donde no había comunicación entre diferentes departamentos y los empleados a penas se conocían, a disponer de un nuevo espacio colaborativo en la Torre Auditori de la Zona Franca: puestos de trabajo openspace en fachada, reducción de despachos, zona de showroom, office, phone boxes, taquillas y espacio Foro. Asimismo, Lola Antón, directora de Areazero 2.0. ha compartido el trabajo de workplace realizado para Almirall que de unas oficinas jerarquizadas, con despachos grandes y cubículos para empleados se han trasladado a unas nuevas oficinas en Sant Andreu de la Barca que eliminan las jerarquías y potencian los espacios colaborativos y de reunión (que ocupan la mayor parte del espacio) mientras que los puestos de trabajo se agrupan por barrios con una implantación a 45º que favorece la libertad de recorridos.

Además, los profesionales de primera línea Francisco López, director territorial de Cataluña de BNP Paribas Real Estate; Cristina Matesanz, Head of Design en Barcelona de Tétris JLL; Albert Gil, arquitecto y socio de Batlle i Roig; Jordi Paris de Pich Architects, Albert Blanch de BCA, argumentan en esta misma línea sus filosofías de trabajo, necesidades de los clientes y tendencias que se reflejan en sus últimos trabajos.

El concepto ‘espacio de trabajo’ ha cambiado desde que el propio trabajo ya no se concibe como un lugar, sino como una acción. Y para que haya acción tiene que darse previamente la emoción. Crear entornos que emocionen, que conecten de forma positiva al usuario con su tarea, que lo ayuden a desarrollar todo su potencial es la clave para diseñar las nuevas organizaciones donde aportar valor, sentirse cómodos y mejorar la productividad.

Proyecto Titan de Areazero 2.0Proyecto Titan de Areazero 2.0

Las barreras culturales que se encuentran los productos

Diseñar productos universales y a la vez personalizados, que den respuesta a todos y cada uno de sus clientes, es uno de los retos más complicados a los que muchas empresas se enfrentan en su día a día. Un aspecto de vital importancia para todos los que han hecho de la globalización uno de sus mejores aliados, el cual es imprescindible saber gestionar si se quiere que el trabajo no sólo traspase fronteras, sino que además funcione fuera de ellas. Qué hace que el mismo producto que triunfa en unos lugares pase desapercibido en otros, cuáles son las necesidades de cada sociedad, o qué diferencia a una cultura de otra, son algunos de los aspectos que Actiu pudo analizar en el encuentro ‘Los efectos de las barreras culturales en los productos’, organizado por Roca con motivo de la segunda exposición de su centenario en el Roca Madrid Gallery y moderado por el Premio Nacional de Diseño 2017, Manuel Estrada. Una oportunidad de conocer de primera mano la opinión de profesionales de empresas especializadas en el diseño de mobiliario, la gastronomía o el sector hotelero, a priori muy distintas entre sí pero con un fuerte nexo en común: la influencia que la cultura tiene en la creación y gestión de sus productos, y cómo conocer y saber adaptarse a las particularidades culturales de cada región resulta fundamental para todas ellas.

Hacia una globalización local

Desde su nacimiento con la revolución industrial, la globalización no ha parado de evolucionar. La repetición indiscriminada del mismo modelo, desarrollada por muchas empresas hasta hace relativamente poco, es un proceso ya en vías de extinción, a favor de un mercado que apuesta por una combinación de lo ‘global’ y lo ‘local’. La industria estandarizó la calidad y acercó el diseño a un mayor número de personas, pero redujo la singularidad asociada desde siempre a un producto individual, que ahora se quiere recuperar a través de un diseño más participativo y democrático. No se trata de hacer productos a medida, sino de personalizar los ya hechos para adaptarlos a cada proyecto, cultura y hábitos de trabajo, en un proceso que implica además un importante ahorro de tiempo y dinero.

Las barreras culturales como oportunidad

La cultura, entendida como el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, es uno de los factores más importantes en el desarrollo de cualquier producto.  “No todos los países entienden lo mismo por rituales como el de la higiene y el sector del baño, que son utilizados e interpretados de forma completamente distinta según la cultura y el lugar”, apunta el Director de Diseño e Innovación de Roca SanitarioJosep Congost. Y es que, como bien apunta el Director de Marketing y Comunicación de Taste of AmericaEnrique Charro Herrera“aunque debilitadas por la globalización, las barreras culturales siguen existiendo, y para que un producto funcione, resulta imprescindible conocer muy bien, tanto la cultura del país, como al público objetivo”. Según Ramón Fernández, Director Técnico de Room Mate Hotels “es fundamental dejar de ver estas barreras como una desventaja y convertirlas en una oportunidad, a través de un proceso que respete la cultura local y no imponga el producto, sino que lo adapte”.

Fotografía: Room Mate HotelsFotografía: Room Mate Hotels

El entorno social y cultural del trabajo

“Si la sociedad de hoy consume de una manera diferente, se desplaza de una manera distinta y se relaciona de una forma diferente… ¿por qué los espacios de trabajo son de otra época?”, señala la Directora de Comunicación Estratégica de Actiu, Soledad Berbegal. Un proceso que, en su opinión, “avanza de forma muy positiva con la globalización, a través de espacios de trabajo cada vez más coherentes, tanto con la jerarquía interna de su ‘huésped’ como con los modelos sociales de relación”. Entornos convertidos en el ‘segundo hogar’ de muchos trabajadores, en los que el diseño resulta una herramienta imprescindible a la hora de generar bienestar, sinergia y confianza entre las distintas culturas, y donde muchos de los conceptos ‘universales’ tan en boga estos últimos años, como el open space, el coworking, el teletrabajo, el sentimiento de pertenencia, el diseño, la ergonomía, la tecnología o la flexibilidad, son ya repensados dependiendo de cada entorno social y cultural. De este modo, muchas empresas han dejado de copiarse a sí mismas para reinterpretarse, conjugando modelos locales ya existentes y adaptando los prototipos ‘universales’ de organización espacial y sus productos a cada lugar. Un proceso bidireccional, en el que las empresas adaptan sus estándares corporativos a una cultura local a la que se pide se muestre receptiva al cambio y la innovación.

La internacionalización del espacio de trabajo

Ya hace años, el psicólogo social holandés Gerard Hendrik Hofstede establecía con sus Cinco dimensiones culturales qué factores determinan el diseño de los espacios de trabajo. Cinco parámetros –Distancia al poder, Individualismo vs Colectivismo, Masculinidad vs Feminidad, Evasión de la incertidumbre y Orientación a largo vs Orientación a corto plazo– que condicionan y definen la forma en que cada sociedad vive y percibe estos entornos. Qué culturas son más recelosas de su individualidad y cuáles están más abiertas a la colaboración y al cambio, qué papel juegan la jerarquía, el control o el sentimiento de pertenencia, cuál es su tolerancia a los espacios de trabajo reducidos y a diluir barreras entre la vida personal y la profesional, o cuáles son las formas de trabajo predominantes en cada zona, son algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de diseñar espacios de trabajo fuera de nuestras fronteras. Un proceso de internacionalización en el que Actiu ha apostado por la creación equipos de trabajo específicos para cada área geográfica, formados por nativos que conocen perfectamente las demandas y necesidades de su cultura, y sus distintas normativas, muchas veces muy dispares entre sí. Mercados ya consolidados, como el alemán o el francés, que con una fuerte apuesta por el diseño y la compra on line requieren de una estrategia completamente distinta a los desarrollados en Polonia y Rusia, que convertidos ya en paradigma de los nuevos espacios de trabajo viven un momento de crecimiento e innovación significativo; o en mercados ‘más convencionales’ como el africano, que apenas incorpora soluciones de electrificación, y reticente a trabajar en proyectos sigue utilizando el método de compra tradicional, o el de Emiratos Árabes Unidos, donde aún no se ha implantado el open space. Culturas muy distintas entre sí pero con un mismo deseo en común: crear espacios de trabajo atractivos, que fomenten el bienestar y donde sus trabajadores se sientan ‘como en casa’.

Las claves para el diseño de los nuevos espacios de trabajo

odos los datos apuntan a que tanto el presente como el futuro del diseño de los espacios de trabajo implican colaboración. En comunidad se es más fuerte que trabajando solo. El compromisono es sinónimo de largas jornadas de trabajo o calentar la silla, los mejores resultados se obtienen en entornos de confianza. Adiós a los egos, a los puestos de trabajo fijos. Hola a compartir conocimiento, introducir tecnología, teletrabajo, a combinar generaciones con visiones diferentes, a ser conscientes de la importancia de la sostenibilidad y el bienestar.

La proliferación de espacios de coworking en los últimos años ha contribuido a consolidar estas premisasSegún las previsiones de la empresa dedicada al estudio de tendencias tecnológicas Emergent Research, se espera llegar a los 12.000 espacios coworking en todo el mundo para este 2018. Este tipo de entornos sirve de referencia para las grandes compañías que llevan a cabo nuevas estrategias de diseño para sus espacios de trabajo y se contagian de los beneficios de la flexibilidad y la interacción.

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Uno de los conceptos asociados al coworking que se trasladan a la empresa es el de la flexibilidad. Muchos profesionales reivindican su derecho a trabajar en los horarios en los que pueden aprovechar al máximo su productividad creativa o su rendimiento. Según un estudio de Fast Companysolo el 30% de los cotrabajadores prefiere trabajar en horario de oficina. Mark Dixon, director general de Regus, sostiene: “El futuro del trabajo no debería estar definido por el espacio o el lugar, sino por el individuo y las tareas que tiene que desempeñar”. La flexibilidad también se ha de aplicar al espacio, diseñando entornos con posibilidades de poner en práctica variedad de dinámicas en función de las necesidades concretas que surgen de cada proyecto.

Las formas de trabajo de inventores, músicos, científicos y muchos otros creativos de la historia demuestran que los espacios físicos tienen la capacidad de estimular la creación. Todo lo que nos rodea influye sobre nuestra percepción del momento, determina nuestra capacidad de concentración y condiciona nuestro estado de ánimo. Y las empresas están tomando nota.

La ocasión para compartir conocimiento en relación a esta necesidad de diseñar entornos que generen un clima de confianza, potencien el trabajo colaborativo y favorezcan un ambiente distendido dentro de las compañías, se ha dado en Workplace Strategy Barcelona, organizado por Grupo Vía y celebrado en el showroom de Actiu en Barcelona, el foro donde expertos de diferentes perfiles profesionales tratan el tema desde diversos enfoques.

Beatriz De Latorre, directora de Workplace y Diseño de Savills – Aguirre Newman, comenta en este marco que son actualmente las personas las que se colocan en el centro a la hora de diseñar oficinas. De Latorre propone trabajar con herramientas como entrevistas one to oneworkshops, encuestas y análisis de frecuencia de uso de los espacios antes de la toma de decisiones.

El director de Zig Zag Soluciones Creativas, Adolfo Vicente, habla de la necesidad de mostrarse ágil ante los cambios y que, para fomentar la productividad, se plantean espacios más abiertos, flexibles y dinámicos. Según su experiencia, esto se manifiesta en la creación de nuevas zonas dentro de las oficinas: Brainstorming Areas para favorecer el intercambio, Thinking Rooms para la concentración, Stand-Up Meeting Points (con mesas altas) en las que las reuniones son más dinámicas, rápidas y participativas, Open Spaces con elementos acústicos fonoabsorbentes o Gaming Rooms para favorecer la relajación, entre otros.

Desde Alting Grupo Inmobiliario, Jerónimo Martín señala la exigencia de concebir los espacios con la finalidad de albergar diferentes necesidades a lo largo del tiempo y de considerarlos una herramienta de atracción y retención del talento en sí mismos. En esta línea, Mapi Martínez de Areazero 2.0 explica el proceso de diseño de las nuevas oficinas para Titan, que han pasado de un espacio donde no había comunicación entre diferentes departamentos y los empleados a penas se conocían, a disponer de un nuevo espacio colaborativo en la Torre Auditori de la Zona Franca: puestos de trabajo openspace en fachada, reducción de despachos, zona de showroom, office, phone boxes, taquillas y espacio Foro. Asimismo, Lola Antón, directora de Areazero 2.0. ha compartido el trabajo de workplace realizado para Almirall que de unas oficinas jerarquizadas, con despachos grandes y cubículos para empleados se han trasladado a unas nuevas oficinas en Sant Andreu de la Barca que eliminan las jerarquías y potencian los espacios colaborativos y de reunión (que ocupan la mayor parte del espacio) mientras que los puestos de trabajo se agrupan por barrios con una implantación a 45º que favorece la libertad de recorridos.

Además, los profesionales de primera línea Francisco López, director territorial de Cataluña de BNP Paribas Real Estate; Cristina Matesanz, Head of Design en Barcelona de Tétris JLL; Albert Gil, arquitecto y socio de Batlle i Roig; Jordi Paris de Pich Architects, Albert Blanch de BCA, argumentan en esta misma línea sus filosofías de trabajo, necesidades de los clientes y tendencias que se reflejan en sus últimos trabajos.

El concepto ‘espacio de trabajo’ ha cambiado desde que el propio trabajo ya no se concibe como un lugar, sino como una acción. Y para que haya acción tiene que darse previamente la emoción. Crear entornos que emocionen, que conecten de forma positiva al usuario con su tarea, que lo ayuden a desarrollar todo su potencial es la clave para diseñar las nuevas organizaciones donde aportar valor, sentirse cómodos y mejorar la productividad.

Proyecto Titan de Areazero 2.0

Diseñando para la generación millennial

Desde los baby boomers no daba una generación tanto que hablar. Nacidos entre comienzos de los 80 y finales de los 90, los milenials –también conocidos como generación Y– son tan solo el principio de un cambio del que pronto tomará el relevo la generación Z. Exigentes, impacientes, ecológicos, sociales y emocionales, todos ellos forman parte de la ola de jóvenes que están cambiando los paradigmas del diseño. Una nueva forma de vivir y experimentar el diseño, tanto espacial como de producto, comunicación y gráfico, que junto a empresas y estudios de la talla de CBRE, Pangea, Lagranja y YonohActiu tuvo la oportunidad de analizar en la mesa redonda ‘Diseño, experiencia transformadora de la sociedad’, celebrada en la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología, ESNE, y moderada por Maite Felices.

El trabajo como forma de vida

Tener en cuenta las necesidades de las generaciones más jóvenes es imprescindible si se quiere hacer un buen diseño. Considerado por muchos en sus orígenes como un lujo meramente estético, al que el paso del tiempo ha acabado reconociendo su no menos importante carácter funcional, ahora el diseño es también experiencia y emoción. Para el director general de ESNE, Rafael Díaz, “el diseño que no transforma la sociedad, ni mejora la vida de sus usuarios, no es un buen diseño”. Un proceso de cambio afín a la filosofía de vida de las nuevas generaciones, que en constante evolución buscan convertir su día a día en momentos únicos que compartir.

Convertir el trabajo en una forma de vida y no en un medio de vida es el objetivo de los más jóvenes. “Para las nuevas generaciones, trabajo significa experiencia, aprendizaje, colaboración, diversión y familia” explica David Sánchez, Brand Guardian de Pangea. Encargada de promover y conectar la generación milenial con las empresas, la asociación es autora, junto a la consultora de espacios, CBRE, del estudio Nuevos paradigmas de los espacios de trabajo. Un análisis que, tomando como base cómo entienden el trabajo estos nuevos nativos digitales y cuáles son sus necesidades, define las bases de los nuevos entornos laborales.

Los nuevos ‘nómadas laborales’

El diseño como herramienta de cambio, capaz de atraer y retener talento, es fundamental.

“Las empresas están descubriendo que siendo más atractivas atraen más talento, incrementando su productividad y creatividad” señala Muriel Altunaga, Head of Workplace Advisory & Transaction Services de CBRE.

Si para los baby boomers (nacidos entre 1945 y 1964) el trabajo se asociaba directamente a la estabilidad laboral, y para la generación X (1965 y 1981) implicaba asumir con normalidad la jerarquía laboral, en el caso de los milenials se trata de un lugar lleno de retos y experiencias. Más idealistas que sus antecesores, los nuevos profesionales son también mucho más exigentes y volátiles: se reinventan constantemente, buscan aprender y superarse, y, si no lo consiguen, no tienen ningún miedo a la movilidad laboral.

Lo colectivo sobre lo individual

El entorno de trabajo implica ya no solo el espacio físico, sino también el tecnológico. Un cambio de paradigma del que son en gran parte responsables las nuevas tecnologías, que facilitan la comunicación entre equipos de trabajo geográficamente dispersos; y el cambio de mentalidad de los más jóvenes, con un mucho menor sentido de la propiedad y la pertenencia. Frente al individualismo y la jerarquía asociadas a las oficinas convencionales, las nuevas generaciones demandan entornos ‘armónicos’ que den cabida a un gran abanico de experiencias y vivencias, y donde lo colectivo esté por encima de lo individual. Un nuevo modelo de trabajo, que va más allá de sustituir las tradicionales oficinas de ‘cubículos’ por salas diáfanas, y apuesta por espacios personalizados y segmentados según las distintas necesidades, con ambientes colaborativos y estímulos sensoriales que fomenten el aprendizaje, pantallas de información compartida, nuevas tecnologías y conectividad. Continuamente conectados a las redes, para los denominados ‘nativos digitales’ un espacio de trabajo sin tecnología es ya inimaginable, e implica perder información, motivación, integración y flexibilidad.

Productividad, eficiencia, cooperación, inclusión, dinamismo y sostenibilidad son también aspectos muy valorados por las nuevas generaciones. Una alta conciencia, social y medioambiental, que demanda tecnologías sostenibles y espacios de trabajo inteligentes que sean capaces de empatizar con sus necesidades a través de sistemas de IA y Big Data. Como apunta Alex Selma de Yonoh, el estudio valenciano especializado en diseño de producto que lidera junto a Clara del Portillo“no solo la estética, sino también el confort, tanto ergonómico como visual, es fundamental en cualquier diseño”.

La ‘domesticación’ del espacio de trabajo

La desaparición de la línea divisoria que tradicionalmente ha separado la vida personal y la profesional genera ahora una ‘domesticación’ de los espacios de trabajo. Entornos que recuerdan a los de una casa, con mobiliario cada vez más versátil y elementos naturales que permiten salir de la oficina aun estando en ella, son algunos de los recursos más utilizados. El mueble ha dejado de verse como un simple objeto para convertirse en una herramienta que potencia aspectos como la comunicación, la ergonomía y el bienestar de sus usuarios”, explica Soledat Berbegal, Consejera y Directora de comunicación de Actiu. Sobre la incorporación en el espacio de trabajo de entornos normalmente asociados a otros usos, como cocinas y restaurantes, el Director Creativo y fundador de LagranjaGerard Sanmartí, señala que, “aunque este fenómeno de ‘mutación’ permite compartir el mobiliario según qué área, hay aspectos, como la iluminación o la acústica, completamente distintos. Y es que no tiene nada que ver diseñar un espacio donde el usuario pasa todo el día con otro en el que apenas va a estar un par de horas”.

Convivencia intergeneracional

Dónde quedan las ‘viejas’ generaciones y cómo diseñar espacios en los que convivan en armonía trabajadores con necesidades y objetivos muy distintos (en 2019 serán ya seis generaciones las que trabajen juntas) son retos a los que ahora se enfrentan las empresas. Aspectos como la autoridad, la seguridad, la estabilidad, el compromiso, la tolerancia al cambio y al fracaso, los sentimientos de pertenencia y posesión, el trabajo en equipo, las nuevas tecnologías, la conciliación de vida laboral y personal, o la movilidad laboral, son interpretados de muy diversas formas según cada generación y están haciendo que muchas empresas experimenten ya un proceso de ‘coaching inverso’ entre sus trabajadores para ‘resolver’ la brecha generacional existente entre ellos y lograr así que no solo convivan, sino que además se entiendan.

¿Por qué trabajan las personas en mi empresa?

Cuando la OMS alerta de que “la riqueza de una organización se mide por la salud de sus trabajadores” o cuando estudios concluyen que “las empresas con trabajadores felices pueden aumentar su productividad un 31%”, resulta imprudente para cualquier compañía que quiera crecer no aplicar las acciones necesarias para conseguir un entorno en el que los trabajadores estén motivados por lo que hacen, se sientan atendidos e integrados como parte de un equipo que camina hacia un mismo objetivo.

Sociólogos, psicólogos y profesionales de RRHH de la talla de Mario Alonso Puig, Pedro Marcos, Ángel Luis Sánchez o Jordi LLonch se dieron cita en la primera edición del Congreso de la Felicidad y Productividad en la empresa organizado por Emerge Alicante en esta ciudad, para explicar por qué la salud y el bienestar son palancas para mejorar el compromiso y la productividad de los empleados, en la que junto a empresas de la provincia como ActiuMeliá, Energy System y Natural Cosmetic Lab, compartieron las estrategias que siguen para promover el bienestar en sus organizaciones.

Desde “cuidar la alimentación, el ejercicio físico o el control del estrés”, “favorecer la conciliación promoviendo horarios flexibles” o “dedicar tiempo y escucha a los trabajadores respondiendo a la pregunta ¿por qué trabajan las personas en mi empresa?, los diferentes directivos de las empresas participantes reflexionaron y compartieron las acciones implementadas en sus respectivas compañías.

Estamos inmersos en un cambio de paradigma global que ha situado al bienestar (wellness) como una prioridad en la agenda corporativa: la apuesta por el Wellness supone una oportunidad para que las empresas impulsen su competitividad y un elemento diferencial para la atracción y fidelización de talento. Según un informe realizado por la consultora internacional especializada en WellnessCBRE, “para el año 2040 las líneas entre hogar y trabajo se habrán difuminado. El lugar de trabajo será un espacio donde los profesionales vivan la oficina y donde se fomente su salud y bienestar, nos ofrecerá prestaciones responsables como un mayor acceso a iluminación natural y ajustable, acceso a servicios de alimentación saludable o fitness”.

Hay una gran relación entre las oficinas sanas y la eficiencia energética que no se puede obviar. La salud y el bienestar son una potentísima proposición de valor que afecta a todas las personas de la organización.  La eficiencia energética es una importante fuente de ahorro de costes más relacionada con las instalaciones y sus operaciones. Ambas iniciativas deben ir de la mano ya que la tecnología permite esta retroalimentación. Si echamos la vista atrás, escasamente 15 años, podemos esbozar una sonrisa recordando aquellas personas que auguraban que la sostenibilidad era una moda pasajera. Hoy en día todos los edificios con intención de proyectar un mínimo atractivo, contemplan una certificación sostenible.

Pasados estos 15 años, las necesidades de las empresas y sus trabajadores se han ampliado y, en este nuevo escenario, es importante también que las oficinas sean herramientas que permitan motivar y comprometer mejor a sus trabajadores para que estos mantengan un nivel equilibrado tanto de salud como de productividad.

Para las áreas de RRHH, las oficinas se han convertido en un instrumento esencial para interactuar con sus trabajadores en la generación de valor mediante el desarrollo y el cultivo del talento humano, y una de las palancas que más se van a emplear para lograrlo es la de salud y bienestar. En este sentido Ofrecer la mejor experiencia a nuestros empleados, aportarles bienestar físico y emocional, son objetivos que cada vez demanda más el profesional cualificado. El empleado percibe que la organización hace un esfuerzo por cuidarle y empoderarle y eso al final, siempre se traduce en cifras positivas y rentables para la empresa. Por tanto, el colocar a las personas primero, al final, hace más eficiente la organización” afirma Soledad Berbegal, Directora Estratégica de Marca de Actiu.

Para los que piensan que, como en el caso de la sostenibilidad en las empresas, promover la felicidad del trabajador para ser más rentable es una moda pasajera, sólo tienen que remitirse a las conclusiones de numerosos estudios sobre el terreno, en diferentes organizaciones de todo el mundo. Tras incorporar elementos que favorecen los parámetros mencionados (bienestar y salud), el absentismo se reduce un 37%, los accidentes laborales disminuyen un 41% y en contrapartida, crece la productividad un 21% y la rentabilidad de los negocios se incrementa hasta un 22%.

Tendencias de los nuevos espacios de trabajo

La incursión del concepto del open space en el espacio de trabajo supuso hace unos años el inicio de un cambio de mentalidad en muchas de las empresas a la hora de proyectar sus oficinas. Un proceso que desde entonces no ha parado de evolucionar y que no sólo implica una nueva forma de entender el espacio físico, sino un cambio mucho más profundo de acuerdo a las necesidades de los trabajadores y la sociedad actual. Cuáles son las tendencias de los nuevos espacios, qué demandan los trabajadores, cómo captar y retener talento, o cuál es la mejor forma para implementar la productividad, son algunas de las cuestiones ya imprescindibles en cualquier estrategia de negocio. Una tipología apasionante y en continuo crecimiento, que junto a empresas de la talla de ColonialAECOMWorkplace Solutions, JLL TétrisCOT & PartnersCundall EspañaStudio MAAC y BICG, pudimos analizar en la segunda edición de Workplace Strategy en Madrid, organizada por Grupo Vía y celebrada en el showroom de Actiu en esta ciudad.

El cambio de mentalidad de las empresas

Dejar de ser contenedor para pasar a formar parte del contenido es algo que sin duda define los nuevos espacios de trabajo, que han abandonado su papel ‘pasivo’ y ahora las empresas consideran un medio fundamental para lograr sus objetivos. Términos como el bienestar en el trabajo o la flexibilidad son prioritarios, y los hasta ahora denominados ’empleados’ han pasado a ser ‘clientes’ a los que sus propias compañías deben cuidar si quieren mantener. Algo que en el fondo no es nuevo: las oficinas son y siempre han sido personas, y diseñar un espacio de trabajo es hacerlo para todos los que trabajan y trabajarán en él. Porque, como señala Isabel Amor, de la consultora BICG“el cambio de estos espacios va más allá de lo meramente físico y es fundamental alinear el interior las empresas con lo que estas venden y proyectan al exterior”. Para ella, transformar el negocio implica un cambio desde dentro. “No se trata sólo de modificar los espacios, las tecnologías y la forma de trabajar, sino de cambiarnos a nosotros mismos. De nada sirve diseñar entornos que apuesten por la movilidad, la flexibilidad, la transparencia o la colaboración, si la empresa que albergan en su interior sigue rigiéndose por conceptos como el control o la jerarquía”, añade.

Espacios personalizados y flexibles

Dónde está y hacia dónde va el espacio de trabajo es un aspecto que preocupa a muchas de las empresas, que saben qué quieren ahora pero no en un futuro próximo. Frente a los esquemas estandarizados, tanto de oficina compartimentada como de open space, muchas veces aplicados de forma demasiado generalista, ahora las compañías demandan espacios  personalizados, que den respuesta a unas necesidades concretas. “Vivimos una época visual, que hace que muchos clientes acudan a nosotros con imágenes que han visto y quieren para ellos. Nuestro trabajo no consiste en copiarlas, sino en adaptarlas a sus necesidades y convertirlas en una herramienta que pueda evolucionar con ellos”, señalan Julia Mingorance y José Rodriguez Pastrana, de AECOM. Desde la consultora hacen hincapié en la importancia de trabajar mano a mano con el cliente para identificar sus necesidades reales, que muchas veces ni él mismo conoce, y hacerle así un “traje a medida”. No sabemos cómo será nuestro trabajo en los próximos años, por eso la manera de diseñar una oficina preparada para el futuro es hacerla flexible, capaz de adaptarse y cambiar. Un espacio que dentro de un año sea completamente distinto a como es ahora y siga dando respuesta a nuestras necesidades.

Distintos espacios para distintas necesidades

El espacio de trabajo pasa ahora por un momento de revisión, en el que ni las oficinas compartimentadas ni los entornos completamente abiertos parecen ser la mejor opción. El open space, que hace unos años se erigió como la solución perfecta a los problemas generados en los tradicionales espacios de trabajo, muchas veces demasiado jerarquizados, ya hace aguas. Aspectos como el exceso de ruido o las constantes distracciones de los trabajadores, hacen que muchas empresas lo hagan responsable de su baja productividad. Y es que no existe una solución que sirva para todos, y ni todas las oficinas deben organizarse en espacios completamente abiertos, ni el concepto de cubículo cerrado tiene que desaparecer. La gran variedad de trabajo y trabajadores debe verse reflejada en una combinación de muy diversos ambientes que de respuesta a las necesidades de todos los que allí conviven. Desde salas abiertas, imprescindibles a la hora de fomentar la colaboración y el trabajo en equipo, a otras cerradas para el desarrollo de tareas que demanden de una mayor privacidad, tanto a nivel grupal como individual. Un equilibrio entre ambas, con espacios versátiles y personalizables que combinen colaboración, concentración, aprendizaje y socialización, y permitan al trabajador elegir donde quiere trabajar en cada momento.

La forma de trabajar ha cambiado.

Si hasta hace poco el objetivo principal fundamental de los nuevos espacios de trabajo era acabar con las distribuciones demasiado jerarquizadas y potenciar la horizontalidad a través de zonas de trabajo en equipo, ahora la protagonista es la movilidad. Y es que sin duda la forma de trabajar ha cambiado. Las nuevas tecnologías, el teletrabajo y la nueva generación de los denominados ‘millenials’ hacen que sea necesario reconfigurar las oficinas para atraer y retener el tan preciado talento. Para Miguel Colomo, arquitecto y cofundador de Workplace Solutions, la tecnología ha hecho que la línea que separa la vida personal de la profesional haya desaparecido. “Si somos justos debemos dejar que, igual que el trabajo ha invadido nuestras casas, la vida personal pueda ocupar también nuestras oficinas”, señala. Pero esta no es la única consecuencia de la tecnología. La forma de comunicación también ha cambiado, y ya no es necesario coincidir en el espacio ni en el tiempo para trabajar en un proyecto común. Las reuniones no tienen porqué ser en salas de reuniones, sino que pueden llevarse a cabo mientras se camina por la calle o tomando un café. Igual que nuestras casas y ciudades funcionan como oficinas, lo mismo debería ocurrir a la inversa. “Ya no se trabaja sólo en la oficina, se socializa en el bar o se descansa en casa”señala Guzmán de Yarza, de JLL Tétris, para quien el diseño de los espacios de trabajo va mucho más allá de la arquitectura y conlleva una gran responsabilidad social y antropológica. Según el arquitecto “debemos aprender de entornos no corporativos y trasladarlos a los que sí lo son, en un proceso donde la transversalidad de usos genera espacios híbridos muy interesantes”.

Bienestar físico y psicológico

Tener trabajadores contentos y motivados es sin duda el objetivo de cualquier empresa. Y entre otros muchos, el espacio de trabajo es uno de los medios para lograrlo. Ya no se trata de asignar una tarea y un puesto a cada trabajador, ni controlar las horas trabajadas, sino de crear un entorno de trabajo amable, que potencie la productividad, conjugue la vida profesional con la personal y, lo más complicado, logre captar y retener el mejor talento. Un lugar donde aspectos como la distribución, el mobiliario o los colores son ya tan importantes como otros menos tangibles y que afectan directamente al bienestar físico y psicológico de las personas. El conocido como WELL, que ya empieza a oírse en España e incluye aspectos tan importantes como la pureza del aire, la comida saludable, la movilidad o el deporte en el trabajo; y donde no sólo la tecnología, que aún puede avanzar mucho en la creación de espacios de trabajos inteligentes que se adelanten a las necesidades y faciliten las tareas, sino también el mobiliario, tienen mucho que aportar.

¿Cómo serán los muebles del futuro?

Los muebles inteligentes son una tendencia que pronto llegará para quedarse. La electrónica será una parte importante de su diseño y un método para renovarse y ofrecer nuevas posibilidades a los consumidores.

Por primera vez, y en el marco de Feria Hábitat Valencia, Actiu, nuestro principal fabricante, ha reunido a todos sus diseñadores para entablar un debate en torno al futuro del mueble, su conectividad, la influencia de la tecnología y las oportunidades competitivas que todo ello supone para una firma especializada en mobiliario de oficina.

 

MUEBLES INTELIGENTES

 

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Actualmente existen las ciudades inteligentes, la domótica, la inteligencia ambiental… cuestiones que ya son una realidad en muchas zonas del mundo. ¿Y el mueble? ¿Por qué la tecnología no es parte ya fundamental de ellos? Así comenzaba la introducción de María José Núñez, directora del departamento de IT en AIDIMME“Smart Furniture es la conjunción de distintas variables que aún quedan lejos en el sector: un buen diseño, la introducción de la tecnología en su interior de manera casi imperceptible y la capacidad de recoger información, interpretarla y aportar datos capaces de modificar conductas”, explicaba.

Para Marcelo Alegre, de Alegre Design, el futuro del mueble pasa por los servicios. “En la actualidad le pedimos a un mueble que cumpla perfectamente su función básica incluso que la mejore. En el futuro, además del uso, queremos que aporten servicios, de la misma manera que lo hace ahora un smartphone. Además de llamar, los móviles actuales concentran en la palma de tu mano una incontable cantidad de servicios”.

Luis Calabuig, de Odosdesign, afirmaba que es cuestión de tiempo y de recursos que el sector del mueble se una a esta corriente. “Actualmente ya existen otros sectores como la automoción o el textil, con muchísima más capacidad económica donde la inclusión de la tecnología es una realidad. El mueble es un sector al que llegará, pero en el cuál hemos de buscar su funcionalidad y su capacidad para aportar valor añadido”, explicaba.

Sin embargo, para Javier Cuñado, de Item Designworks, el peligro de esta integración es la gran desigualdad que genera: “No podemos olvidar que actualmente la tecnología abre una brecha entre los ciudadanos ricos y los pobres, y eso es un problema. Los muebles inteligentes ya son una realidad. El verdadero reto es saber recopilar los datos e interpretarlos.”

“Nuestro rol como diseñadores es que esos datos lleguen al usuario y se adelanten a sus necesidades”, afirmaba Javier Cuñado

La nanotecnología y los avances en el campos de las telecomunicaciones son clave para el desarrollo de los “Smart Furniture”, según explicaban los integrantes de Ramos & Bassols“Vamos a un futuro de servicios donde la nanotecnología hará posible que los objetos tengan la tecnología integrada de manera sutil”.

Para Cutu Mazuelos, de Stone Designs, esta moda de monitorizar y medir todo lo que hacemos al día es más bien una trampa. “No todo el mundo necesita que sus muebles les monitoricen y les den resultados sobre su uso. Para mi gusto ya hay demasiada interacción actualmente con la tecnología, pienso que corremos el riesgo de que nos desborde. Y el problema no es la monitorización, es la mercantilización de esos datos”.

En el campo de la gestión de espacios, Mazuelos cambia su visión. “La tecnología sí juega un papel clave en la gestión de espacios y su monitorización. Eso sí puede ayudar a transformar los espacios y sacar mejor productividad a los muebles”.

En el mismo sentido se expresó Javier Cuñado, que hizo hincapié en la necesidad de cambiar la mentalidad de los empresarios a la hora de gestionar espacios, equipos y formas de trabajo. “El objetivo de la tecnología es la eficiencia. En un entorno de trabajo inteligente es el equipo humano el que debe apoyarse en ella para mejorar su eficiencia. Generar motivación y mejorar el día a día de las personas no es algo que hará la tecnología por nosotros, sino su uso a partir del factor humano. Para ello es preciso que las empresas asuman el gran cambio cultural que se está dando en los entornos de trabajo e incluyan la tecnología y el mueble como herramientas de gestión”.

En definitiva, todos los diseñadores coincidieron en la necesidad de abordar estos proyectos desde distintas perspectivas, donde se incluye el diseño industrial, el diseño productivo pero también el de la gestión de datos, el diseño interactivo y el diseño gráfico, para poder convertir los datos en un lenguaje entendible por el usuario y capaz de aportar valor.

Primer encuentro entre empresas Premio Nacional de Diseño en Feria Hábitat (Valencia)

El primer encuentro entre empresas Premio Nacional de Diseño en Feria Hábitat pone de relieve la calidad del Diseño Marca España.

La actual edición de Feria Hábitat Valencia fue el escenario del encuentro, por primera vez en la historia, de un nutrido grupo de empresas ganadoras del Premio Nacional de Diseño a lo largo de sus treinta años de recorrido. La “Fiesta del Diseño”, así se ha denominado el evento, ha sido organizado por RED Aede y Actiu, la última galardonada con este reconocimiento.

FiguerasMetalarteMobles 114NanimarquinaPunt MoblesSanta&ColeSimon y Actiu han sido las participantes en un interesante debate sobre el estado del diseño en nuestro país, que se ha celebrado en el espacio Actiu Meeting Point de Feria Hábitat y que ha estado moderado por Juan Mellen, Director Ejecutivo de RED.

DISEÑO

una experiencia transformadora

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Todos los participantes han coincidido en su visión de gran potencial, autenticidad y fuerza del diseño nacional, aunque también han reconocido que la estrategia de comunicación llevada a cabo, sobre todo a nivel internacional, no ha sido suficiente.

Vicent Berbegal, presidente y fundador de Actiu, Premio Nacional de Diseño 2017, ha destacado que “el diseño español está conquistando el mundo porque transmite valores de dinamismo, calidez, colorido y sobre todo funcionalidad de sus productos. El diseño en España lo hemos contemplado desde una perspectiva de creatividad unido al concepto de uso, de transmitir aquellas soluciones que necesita la sociedad, sin restricciones, ni límites. Y esa es la diferenciación que nos da valor”.

Según ha resaltado la Directora Estratégica de marca de Actiu, Soledat Berbegal, quien ha sido la encargada de representar a la fiam alicantina en este encuentro:

somos impulsivos y pasionales. Durante dos años hemos trabajado para conseguir este premio y ahora queremos compartirlo y que sea el principio de algo mucho más grande, que pueda continuar en el tiempo y que consiga poner de relevancia la fuerza del diseño y de las empresas de nuestro país

Las ocho empresas participantes han compartido con el numeroso público asistente qué supuso en su día recibir el reconocimiento al diseño de mayor prestigio a nivel nacional. Punt Mobles, que recibió el Premio Nacional de Diseño en 1997, ha destacado, de la mano de su fundador, Vicent Martínez, que “a lo largo de estos 20 años hemos vivido un cambio muy importante en España en cuanto a la concepción del diseño. Cuando empecé fui empresario y emprendedor por carencia, por no encontrar empresas que fabricaran lo que yo estaba haciendo. Había que generar un sector moderno. Poco a poco fueron aparecieron escuelas, profesionales, generaciones apasionadas que creían en el diseño. Actualmente contamos con importantes referentes”.

Figueras fue Premio Nacional de Diseño en 2013, tras presentarse 13 veces, tal y como ha reconocido su Design Manager, Pau Borrás, “fuimos insistentesEl premio significó un reconocimiento a la autenticidad, una empresa es auténtica cuando tiene un relato detrás y creo que todos los que estamos aquí lo tenemos”, ha señalado Borrás. Figueras nació con un perfil industrial que continúa marcando su ADN y al que incorporaron con el tiempo el diseño como valor intrínseco de su estrategia.

El Premio Nacional de Diseño supone un reconocimiento a la trayectoria y a una forma determinada de hacer las cosas, además de un gran impulso para todas aquellas compañías que lo reciben. Un argumento en el que han coincidido todos los presentes.

Nanimarquina, fue la primera empresa fundada por una mujer que recibió el Premio Nacional de Diseño en 2005. Representada en la Fiesta del Diseño por María Piera, directora general y segunda generación de la empresa, ha asegurado que

fue un empujón muy grande para todos los que formaban parte de la firma. El diseño ha sido una manera de vivir y entender la empresa. El premio es una confirmación”.

En la misma línea se ha manifestado Tomeu Gomila, Director de Marca de Metalarte, que recibió el galardón en 2004, “el premio te abre puertas, nuestra producción se vende en un 80% fuera de España, y te posiciona cualitativamente. Además, es una muy buena herramienta de comunicación”.

Santa&Cole, Premio Nacional de Diseño en 1999 y Mobles 114, en 2001, fueron dos ejemplos de empresas que nacieron por y para el diseño como base de su actividad. Para ellos el diseño perdura más allá de la vida de una empresa. De hecho una de las actividades más destacadas de Mobles 114, según señala su directora General, Mercé Rovira, es la reedición de piezas clásicas como la lámpara Gira o la butaca Torres Clave.

Simon, es la empresa con mayor trayectoria profesional a sus espaldas, participante en este encuentro. Recibió el Premio Nacional de Diseño el año pasado, coincidiendo con la celebración de su centenario. Salvi Plaja, su Design Manager, ha destacado que “nos preparamos mucho y nos arriesgamos a presentarnos el año de antes y año del centenario”. Plaja ha comentado que una de las cosas que más cuestan mantener en el tiempo es “ser fiel al cuidado de los detalles. Detalles en la forma de comunicar, de fabricar, en el trabajo de nuestra gente. Para nosotros es parte de nuestra identidad, cuidar hasta de aquellos detalles que no se ven, como las partes no vistas de nuestros productos. Son valores que contribuyen a mantenerte a lo largo de tantos años”.

Los valores de las marcas españolas

La riqueza cultural, la creatividad y la calidad de sus productos, aval internacional para las Marcas Renombradas Españolas.

Fuera de nuestras fronteras, la gente reconoce como valores clave de las empresas españolas la creatividad, la calidad de los productos y la riqueza cultural. Las empresas españolas, sobre todo aquellas internacionalizadas, saben que resulta fundamental aportar un valor diferencial a sus productos o servicios, de manera que los clientes potenciales reconozcan el sello made in Spain, y reforzar estas señas de identidad fuera de nuestras fronteras.

Desde que en 2012 se creó la Marca España y se comenzó a dar visibilidad a las marcas españolas en el extranjero, sin duda, sumado a muchas otras acciones, se ha producido un incremento significativo de la riqueza y el desarrollo socioeconómico para el país.

ESPAÑA

en todo el mundo

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Esta iniciativa también se ha impulsado con éxito en otros países como Gran Bretaña, con la marca Great Britain, en Alemania, con su Land of Ideas, Francia, que lanzó su Marque France, o Canadá y Finlandia, entre otros. El objetivo de Marca España, planteado como un proyecto de estado para que persista más allá de los sucesivos gobiernos, es mejorar la imagen de España para lograr un activo intangible que sirva para afianzar su posición internacional tanto en materia política, económica, cultural, social, científica y tecnológica.

Según informa El País, “la radiografía de la Marca España dice que casi siete de cada 10 empresas exportadoras españolas (el 68,9%) confían en la Marca España y un 56,6% están satisfechas, una proporción que ha ido creciendo en los últimos años desde un aprobado ramplón en 2012. En el exterior, donde la confianza ha pasado del 46,8% al 56,5%, España ofrece una imagen de país de gente amable, creativa y cualificada”.

Si hasta hace relativamente poco, los sectores de la moda, la alimentación y el turismo, con mayor trayectoria y consolidación en el extranjero eran los que más beneficios obtenían al pertenecer a Marca España, actualmente se trabaja por consolidar la imagen de España como un país industrial y puntero en el uso de la tecnología. Las empresas españolas son líderes en sectores innovadores como infraestructuras, alta velocidad, gestión de infraestructuras, energías renovables, automoción, biotecnología, medioambiente, tecnologías de la información y comunicación, sanidad, industria aeroespacial e industria naval.

En este sentido, la Junta Directiva del Foro de Marcas Renombradas Españolas (FMRE) ha aprobado por unanimidad la incorporación de nuestro proveedor ACTIU como socio de pleno derecho en esta entidad. FMRE integra a más de 100 empresas líderes en sus respectivos sectores, que cuentan con marcas renombradas o notorias e importante presencia internacional. Al mismo tiempo, la Asociación de Marcas, se integra en la Fundación Foro de Marcas Renombradas Españolas, junto con el Ministerio de Economía, Industria, y Competitividad; el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación; la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), e ICEX España Exportación e Inversiones.

Para poder ser admitido como socio, el candidato debe ser una empresa española de reconocido prestigio y líder en su sector, con un alto grado de internacionalización (71 países de media y más del 50% del negocio internacionalizado). Actualmente Actiu está presente en más de 90 países de los cinco continentes y casi un 60% de su facturación procede de los mercados internacionales.

La facturación conjunta de las empresas del Foro equivale al 40% del PIB nacional. El FMRE, fundado en 1999, ha reconocido a lo largo de su recorrido a 52 Embajadores Honorarios de la Marca España que contribuyen de forma significativa al prestigio de una imagen positiva de España en el exterior. Los integrantes del Foro dan empleo a más de un millón y medio de personas en España.

La transformación del espacio como palanca estratégica del cambio

Vivimos inmersos en un proceso de transformación digital que ha provocado un replanteamiento global en las formas de comunicarnos y de trabajar. Hoy, cuando las oficinas se convierten en cualquier lugar, gracias a la conectividad y la forma en que nos relacionamos con ella a nivel laboral, el equipamiento de espacios adquiere un valor estratégico y el mobiliario toma un papel protagonista como vertebrador de esos entornos pensados para garantizar el bienestar de sus usuarios.

Bajo este escenario, Actiu ha participado en la edición de 2017 de Casa Decor que celebraba su 25 aniversario, con la organización de una mesa redonda en la que han intervenido estos cuatro especialistas en la transformación de entornos de trabajo; Elena Sanjuán, de BICG, María Antón, de ESNE, la arquitecta, Izastkun Chinchilla y el diseñador Eva Prego, de Stone Design.

Elena Sanjuán, Arquitecta y Consultora de espacios en BICG, se ha centrado los últimos años en investigar y acompañar a las empresas en la gestión del cambio. En este sentido, señala que es fundamental desarrollar el proceso en tres fases que contemplan: analizar y comprender las necesidades de las personas y de la compañía, co-diseñar una estrategia de transformación global y trasladarla a soluciones espaciales.

Los espacios de los nuevos entornos empresariales deben diseñarse bajo los nuevos paradigmas que unan experiencia del empleado con la experiencia de cliente.

Los retos que ha de atender un espacio de trabajo que haya integrado la trasformación digital en sus rutinas son:

  • Movilidad, variedad de entornos de trabajo y conectividad total.
  • Flexibilidad, reorganización espacial y mobiliario funcional.
  • Transparencia, liderazgo accesible, información clara y visible.
  • Interacción, comunicación física y virtual, provocar la interacción.
  • Colaboración, agilidad, capacidad de respuesta, transmisión de conocimiento.
  • Pertenencia, sentido de pertenencia, objetivos compartidos, atracción de talento.

En esta misma línea trabaja María Antón, Arquitecta y directora del grado de Diseño de Interiores de la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE). La escuela universitaria ha desarrollado un interesante proyecto con sus alumnos, la mayoría millenials y generación X, donde ellos mismos abordan y resuelven sus propias necesidades espaciales en entornos educativos y laborales. Es importante tener en cuenta que actualmente existen en el mundo 2,5 billones de jóvenes pertenecientes a las generaciones millenial y X que se están incorporando al mundo laboral. Estas generaciones van a coexistir con las generaciones más tradicionales, ambas con objetivos y aspiraciones muy diferentes, y que han de encontrar un punto de encuentro para convivir en las organizaciones. El diseño del espacio, de nuevo, juega a favor de crear esta necesaria sintonía.

Al hablar de espacios de trabajo adaptados a la transformación digital, éstos no tienen porqué ser obligatoriamente lugares construidos desde cero o a los que se les haya que aplicar una gran reforma. Así lo entiende Izastkun Chinchilla, Arquitecta y Diseñadora, artífice del Auditorio Fortuny de Casa Decor y equipado con mobiliario Actiu. Chinchilla defiende la rehabilitación, el aprovechamiento y la ecología aplicada a la arquitectura. No resulta sostenible generar continuamente espacios de nueva construcción cuando se puede rehabilitar aprovechando las nuevas tecnologías y adecuándolos a las necesidades de hoy.

Esta filosofía está alineada con los objetivos de Casa Decor, cita anual con el interiorismo, celebrada en Madrid, del 10 de mayo al 18 de junio, y que cada año busca un espacio singular que reforma y readapta para organizar una nueva edición. Los autores entienden la rehabilitación como un ejercicio de naturalidad e imaginación y para ello combinan ingenio y creatividad con materiales, colores y texturas.

Si alguien sabe del valor de los detalles a la hora de abordar un proyecto, es Eva Prego, Diseñadora de Stone Design y creador del programa Bend para Actiu. Prego resalta como imprescindibles para crear una auténtica experiencia de usuario, tener en cuenta los pequeños detalles como los tapizados, la colocación de un mueble, la luz, las formas ya que todo contribuye a crear una atmósfera donde sentirse bien.

Actiu ha diseñado la forma de llevar a cabo este proceso de cambio en los entornos de trabajo centrado en tres ejes: edificio, espacio y personas y lo ha concentrado en una metodología a la que ha llamado Cool Working que rediseña los espacios para fomentar una nueva forma de interactuar y colaborar. Cool fusiona la parte más emocional y motivadora, mientras que Working se dirige a la puramente productiva.